jueves, noviembre 24, 2011

Caja De Ahorros del Mediterráneo

Sigo con tristeza lo que está sucediendo en la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Curioso sentimiento, teniendo en cuenta que es un entidad financiera. ¿Sólo una entidad financiera? No, la verdad es que no. Al menos no lo ha sido durante muchos años, y hay motivos para que, al menos hasta ahora, muchos la percibiéramos de manera diferente a la de un simple banco.

Esta caja de ahorros ha venido realizando en la zona del Levante en general, y en Mula, mi pueblo, en particular, una intensa obra social de gran valor. Raro es el estudiante que en Mula no ha pisado la biblioteca que hay en su centro cultural. Raro es el vecino de mi pequeña ciudad que no ha ido a ver alguna de las exposiciones que allí se hacen periódicamente y que, en algunos casos, han servido para dar publicidad a la labor de artistas de la localidad.

Todavía recuerdo la visita al planetario portátil que la CAM instaló estando yo todavía en el colegio, o las charlas sobre historia de Mula que se han impartido allí regularmente. Cómo olvidarme de aquellas míticas conferencias que durante dos años seguidos trajeron por mi pueblo a dibujantes como Gallego y Rey, Máximo, El Roto y un largo etcétera organizadas con la ayuda de Juán Alvarez.

No sé la cantidad de libros de escritores muleños que esta caja de ahorros habrá subvencionado y/o se habrán presentado en su sala de conferencias, entre ellos uno de poemas de mi padre y otro co-escrito entre él y Juan González Castaño (este último, responsable de la obra cultural de la CAM en mi pueblo durante mucho tiempo), sobre la historia del regadío en Mula.

Todavía recuerdo como mi padre iba todos los sábados, mientras la salud se lo permitió, a una de las salas de reuniones de éste centro cultural en donde se juntaba todos los sábados con algunos de sus amigos en una tertulia literaria.

Supongo que si dedicara más tiempo podría añadir más a esta lista. Innumerables han sido las actividades de toda índole apoyadas de alguna u otra manera por la Caja de Ahorros de Mediterráneo. De hecho, durante muchos años, la CAM y Caja Murcia han sido la referencia a la hora de buscar apoyo para organizar la mayoría de los eventos que se han llevado a cabo en mi pueblo.

No, no era una entidad financiera más, era una institución que al menos yo y creo que muchos otros sentíamos como algo que formaba parte de la tierra en la que nací y me crié.

¿Y ahora qué? Me pregunto. Supongo que lo que queda de esta caja acabará siendo comprado por algún otro banco. Supongo que muy probablemente tendremos que irnos despidiendo de la labor que ha venido realizando a través de su obra social. Y me da rabia, mucha.

Me da rabia por la perdida que supone para mi pueblo. Me da rabia por la situación en la que están muchos de los empleados que no saben qué les deparará el futuro. Me da rabia porque todavía nadie, NADIE, insisto ¡¡NADIE!! ha pedido perdón por una nefasta gestión que ha llevado a la Caja de Ahorros del Mediterráneo a la situación en la que se encuentra, y cuando digo nadie estoy incluyendo a los dirigentes políticos que tuvieron la torpeza y la negligencia de utilizarla como si fuera su cortijo y pusieron en su dirección a gente que ha demostrado ser incompetente. Me da rabia porque he tenido que ver como la directiva de esta caja no ha mostrado ni la más mínima consideración hacia la institución que dirigía y lo que ésta representaba y se ha preocupado más por blindarse sus planes de pensiones que por tratar de salvar la caja. Me da rabia porque todavía nadie, NADIE, insisto ¡¡NADIE!! parece estar investigando si algunos de los miembros de la dirección de la caja se aprovecho y metió la mano o hizo una administración negligente cuando no dolosa.

En fin, supongo que tendré que aguantarme en mi rabia, como mucha gente. Lo único que me gustaría es que de verdad, los responsables de este desaguisado se den cuenta de lo que han hecho y de que paguen por este desastre y no se vayan de rositas. ¡Qué ingenuo soy! Me temo.

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